Los aceites esenciales son 100% naturales, extraídos de plantas mediante destilación o prensado. Las esencias aromáticas, en cambio, suelen ser sintéticas y no tienen propiedades terapéuticas. Para bienestar, siempre recomendamos aceites esenciales puros.

Sí, pero con precauciones. Algunos aceites no son seguros para menores de 6 años o animales. Siempre diluí bien y consultá la lista de aceites recomendados para cada caso. En AlmaZenRelax indicamos claramente cuáles son seguros para cada perfil.

Llená el difusor con agua y añadí 3 a 5 gotas del aceite esencial elegido. Encendelo y dejá que el vapor aromático se disperse en el ambiente. No lo uses más de 30-60 minutos seguidos para no saturar el aire.

Lavanda: relaja y ayuda a dormir.
Eucalipto: despeja las vías respiratorias.
Menta: mejora la concentración y alivia dolores de cabeza.

Lo ideal es usarla en sesiones cortas de 20 a 60 minutos, una o dos veces al día, según el objetivo. No es necesario tener el difusor encendido todo el día para obtener beneficios.

Sí. Aceites como el romero activan zonas del cerebro vinculadas con la memoria y el enfoque. Es una herramienta ideal para estudiar o trabajar.

Los sonidos binaurales, el ruido blanco y la música instrumental suave (como piano o cuencos tibetanos) ayudan a reducir el estrés y mejorar el rendimiento mental.

Sí, ofrecemos difusores USB, aceites esenciales estimulantes y kits de escritorio sensoriales para mejorar el rendimiento sin interferir en el entorno laboral.

La menta, el limón y el romero son estimulantes naturales. También la cúrcuma, el ginseng y el magnesio (en suplementos o infusiones) son grandes aliados.

Sí. Crear un espacio libre de distracciones, establecer pausas activas y usar productos sensoriales de apoyo mejora significativamente la atención sostenida.

Lavanda, manzanilla y mandarina son suaves, relajantes y seguras para niños. Usalas en difusor o en spray para la almohada antes de dormir.

Estimulan los sentidos, mejoran la coordinación, reducen la ansiedad y promueven la autorregulación. Son ideales para etapas de crecimiento y aprendizaje.

Nunca los apliques puros sobre la piel. Usalos diluidos, en difusor o en productos especialmente diseñados para niños. Consultá siempre las recomendaciones de edad.

Sí. En AlmaZenRelax tenemos kits sensoriales adaptados con texturas, luces y aromas que favorecen la concentración, la calma y el manejo emocional.

Los peluches con peso, las botellas sensoriales, y sprays de lavanda pueden ayudar a los niños a relajarse cuando están irritables o agitados.

Antes de empezar, colocá unas gotas de aceite esencial relajante en el difusor. Esto activa el sistema nervioso parasimpático y te ayuda a entrar en un estado de calma.

Sándalo, mirra, incienso y palo santo son ideales por su capacidad de inducir introspección y conexión espiritual.

Sí. Los sonidos binaurales o música suave ayudan a mantener el enfoque, especialmente en meditaciones guiadas o para principiantes.

Con 10 a 20 minutos al día es suficiente para notar beneficios. La constancia es más importante que la duración.

Mindfulness es una técnica de atención plena basada en el presente. La meditación puede ser más amplia, incluyendo visualización, mantras o contemplación.

Depende del objetivo. Para calmar ansiedad, pueden usarse durante el día. Para mejorar el sueño, lo ideal es usarlos antes de acostarse.

Sí, son excelentes complementos en procesos terapéuticos. Siempre recomendamos informar al terapeuta sobre los productos utilizados.

Si se usan correctamente y con moderación, no. Asegurate de ventilar bien el ambiente y evitar aromas muy intensos si sos sensible.

Encendé una vela o difusor, hacé respiraciones profundas, estiramientos suaves, y poné música tranquila. Dedicá al menos 15 minutos a vos.

Lavanda, valeriana, melisa y manzanilla son excelentes aliados para conciliar el sueño de forma natural, ya sea en spray, infusión o aceite.

Están indicados para personas con alta sensibilidad, niños en desarrollo, personas con autismo, TDAH, ansiedad o adultos que buscan relajarse a través de la estimulación sensorial.

Pueden ofrecer estímulos táctiles (texturas), visuales (luces), auditivos (sonidos suaves), olfativos (aromas), o proprioceptivos (presión o peso).

Sí, muchos son discretos y permiten canalizar la energía o ansiedad sin interrumpir. Por ejemplo, fidgets, pelotas antiestrés o pulseras sensoriales.

Totalmente. Los adultos con estrés, ansiedad o sobrecarga sensorial también se benefician de productos como antifaces, mantas con peso o difusores con aromas relajantes.

No, siempre que se usen de forma supervisada en niños pequeños y se elijan productos acordes a la edad y necesidades. Lo ideal es probar de forma gradual.

Aceites como el de menta, limón o romero ayudan a mejorar el enfoque y reducir la hiperactividad. También la lavanda puede favorecer la calma en momentos de ansiedad.

Proporcionan una presión profunda que ayuda al sistema nervioso a relajarse, mejorando el sueño, la concentración y la sensación de seguridad.

No. Son complementos muy útiles, pero no reemplazan la medicación ni el acompañamiento terapéutico. Se usan como apoyo en la vida diaria.

Relojes visuales, pelotas antiestrés, auriculares con ruido blanco, escritorios con objetos manipulables o difusores con aromas estimulantes pueden marcar la diferencia.

Lo ideal es observar qué tipo de estímulo calma o enfoca mejor a la persona (táctil, auditivo, visual…). También se puede consultar a terapeutas ocupacionales o especialistas en neurodiversidad.